lunes, 3 de septiembre de 2012

El 75% de los fàrmacos excluidos podrían sustituirse por otros de financiados i

No sirven las medidas que se imponen. El cambio por medicamentos financiados y por supuesto en más del 50% de los casos más caros no producirá el ahorro prmetido. El 75% de los medicamentos que quedarán excluidos de la financiación pública a partir del mañana son susceptibles en mayor o menor grado de ser sustituidos por otros que sí están financiados y que en muchos casos son productos más caros que los eliminados. Ese es el peor escenario que prevén los técnicos de Salut que han analizado el riesgo siempre temido en cada medicamentazo: que lo suprimido acabe convirtiéndose en un mayor gasto en lugar de un ahorro. Y el cálculo es que, en lugar de ahorrar este año 18,2 millones por no costear esa medicación en Catalunya, sólo se ahorre 5,4 millones, el 24,7% menos de los esperado. Lo previsto por la nueva normativa es que salgan de la lista de medicamentos que financia la sanidad pública un total de 417 presentaciones, aunque 97 de ellas se podrán recetar en casos de cánceres y otras enfermedades crónicas. Del conjunto, una quinta parte ya se dispensaba sin receta o por receta privada, luego hace tiempo que la sanidad pública, en realidad, no los financiaba. Un 10% de los productos de la lista tienen un riesgo alto de que se produzca ese temido desplazamiento hacia productos financiados, porque en su grupo son pocos los que salen y quedan otros muchos de su grupo dentro. Con ellos no habrá ahorro. Otro 46% pertenecen a un área terapéutica donde convivirán medicamentos financiados y otros desfinanciados, por lo que también hay un riesgo medio-alto de trasvase y, por tanto, de anular el ahorro. Un tercer grupo, el 19%, son productos que no tienen otro equivalente en la lista de los que sí paga la sanidad pública, pero corren riesgo de corrimiento lateral: que el médico opte por ese otro tipo de fármaco que también trata el problema del paciente pero desde otra área terapéutica. Otro grupo, el 11% de la lista, no se compra con receta financiada, luego el ahorro será inexistente. Y otro 14% corresponde a medicamentos que no tienen semejantes financiados y que salen de la sanidad pública en bloque. Esos supondrán un ahorro para las arcas sanitarias públicas. El balance: los 18,2 millones que se podrían ahorrar hasta final de año por no pagar los 417 medicamentos es posible que se queden en unos 4,5 millones. Uno de los productos desfinanciados es una crema para la dermatitis del pañal en lactantes. Pero la realidad es que los pacientes que más lo utilizan –y para quienes se hacía hasta ahora la receta de la sanidad pública– son sobre todo mayores de 70 años.

No hay comentarios:

Publicar un comentario